jueves, 26 de julio de 2012

Pasos hacia una comunicación auténtica





Si en el momento de lanzarse hubiera tenido la fuerza
de creer firmemente en la realización de su amor,
hubiese volado hacia arriba a reunirse con su estrella.
Hermann Hesse



La elección de mi carrera universitaria se pierde en el horizonte del tiempo como pura anécdota,  como movimiento  necesario de un camino vital recorrido; un entretenimiento mientras, en paralelo,  ejercía la carrera de piano. Como tantos compañeros de viaje, a esa edad actuaba bastante desorientado y no disponía  de la confianza interna ni de la sabiduría suficiente para rebelarme…para vencer las fuerzas externas –fundamentalmente las de mi padre-  y crear mi propio destino, eligiendo, libremente, mis designios. Tuve demasiado miedo, me faltó consciencia y me  faltó algún maestro verdadero  que me hubiera apoyado a tiempo y me hubiera orientado –sin dirigirme- para revelar mi saber interno. Muchas veces pensamos que elegimos libremente, pero realmente  perdemos nuestro rumbo recorriendo el camino de otro(s)…como dice Borges, “no hay consuelo más hábil que el pensamiento de que hemos elegido nuestras desdichas”.

Poco a poco,  y a raíz de una sensación de insatisfacción vital permanente que me acompañaba, fui despertando de este trance y comencé a interesarme por el desarrollo personal (Psicoanálisis, Gestalt, P. Transpersonal), busqué en la PNL, en las constelaciones familiares, pasé por formaciones de teatro, cine, desarrollé mi voz, desarrollo psico-corporal, filosofía sapiencial,  múltiples formaciones de comunicación (Oratoria, Retórica, Comunicación no Verbal, Comunicación No Violenta, Creencias de B Katie, Comunicación basada en Carl Rogers, etc.), artes marciales…y todo ello lo fui incorporando en mi vida y en mi trabajo hasta desarrollar la capacidad para contribuir impartiendo aquello que yo mismo estaba aprendiendo a  atravesar e integrar.

Es necesario rebelarse para encontrar la autenticidad, rebelarse para desprenderse de esquemas que dejaron de ser funcionales –y vitales- para nosotros…rebelarse para encontrarse…encontrarse y desde allí, expresar la propia identidad…encontrarse para expresar completamente el potencial. Para llegar al núcleo de la  autenticidad hay que arriesgar la propia verdad.


¿Que es la Comunicación Auténtica?

La comunicación auténtica engarza con ese potencial original; con nuestra verdad profunda, nuestra Verdad Vital. Es aquella que nace de la expresión directa de nuestra esencia más radical, ausente de todo miedo y transparente y directa en su manifestación.

La comunicación auténtica se construye sobre la integridad, la honestidad profunda, esto es,  uniendo lo que pienso, siento y hago.

Y cuando soy capaz de vivir esa unidad y ser transparente en mi interior, siendo –plenamente- íntegro, la comunicación que se despliega cobra mayor dimensión y  fuerza vital y sienta las bases para la construcción de una vida auténtica. 

Por lo tanto, ser auténtico exige, ante todo,  coraje,  porque ya no podemos escapar de nosotros mismos. Mientras no nos encontremos en la mirada y en el corazón de los demás, desde una disposición íntegra y transparente, estamos en permanente huida. Mientas no permitamos que los demás nos encuentren en nuestra mayor profundidad, no llegaremos al encuentro de nuestra propia plenitud. A través de la comunicación y en el lugar en que se despliega, en comunidad, podemos empezar a tener claridad sobre quiénes somos realmente, desprendernos de las distorsiones de nuestras fantasías y responder con nuestra creatividad vital. 

La comunicación auténtica muestra, además, la capacidad de  despliegue de la auténtica presencia la cual contiene dos ejes fundamentales: calidez y firmeza.


¿Es cierto que en nuestra etapa infantil es cuando somos más auténticos?

Nacemos completos, sin condiciones que nos impidan expresar libremente toda nuestra energía, toda nuestra afectividad y toda nuestra comprensión. Cuando nacemos,  somos, en definitiva,  experiencia pura, pura vida en acción.
A medida que vamos creciendo va cambiando la dirección de esta expresión, porque nos vamos dirigiendo al mundo en función de la mirada de aprobación o reproche de nuestros padres, primero, y luego de todo nuestro entorno. Nos van domando y, literalmente, vamos apagando, aprisionando nuestra vida.  Perdemos la espontaneidad vital y empezamos a vivir desde “la cabeza”…creando un mundo de ideas –carentes- …un mundo que nos proyecta continuamente hacia un ideal a conseguir. Ya no vivimos la experiencia del presente, vivimos un “Yo Mental”, lleno de promesas e ilusiones.
Es en este momento, a los 5 o 6 años, cuando se forma el carácter, traicionando nuestra esencia más genuina. Comenzamos, en ese momento, a vivir, literalmente,  “la vida del otro”.  


¿Qué papel juegan los juicios o pre-juicios en todo esto?

Los juicios refuerzan y desarrollan nuestro yo mental, es decir, evolucionan al “otro” en nosotros. Por lo tanto, nos desvían de nuestra expresión vital y de nuestras auténticas necesidades vitales. Empezamos a etiquetar el mundo en categorías y, ante todo,  vemos el mundo “como debería ser” y no el “mundo como es”. Este es el origen de toda violencia: La violencia resulta de la tensión entre lo que es y lo que nosotros creemos que debería ser. Y de estas pequeñas batallas interiores, surgen las grandes guerras en nuestro mundo. Lo sutil crea, irrevocablemente, lo denso.

Krishnamurti decía que la observación sin juicio señala el nivel máximo de inteligencia humana. Y tan cierto es, en cuanto la capacidad de atravesar el juicio traspasa, literalmente, la concepción del mundo dual que habitamos, llegando, como explica Ken Wilber, al pensamiento transracional, esto es, a un nivel de consciencia evolucionado.


 ¿Existe alguna clave qué nos puede ayudar a alcanzar una comunicación auténtica?

Ser auténticos, requiere en primer lugar querer serlo. En segundo lugar,  comprensión para entender las claves que la posibilitan y finalmente, voluntad en el ejercicio constante.

 La pista para aprender a ser auténticos, la encontramos en la sabiduría de las culturas iniciáticas, los budistas, los hindús, los mayas, etc. que señalan a través de sus símbolos la vía para el desarrollo de la consciencia:
La escucha. Escuchar lo que necesitamos, escuchar lo que necesita el otro…identificar aquello que favorece o bloquea el fluir vital. Escucho, en definitiva, las necesidades, fuente de vida.


¿Qué necesitas, en el fondo?
¿Qué hay "vivo" entre nosotros?
¿Cómo puedo contribuir a tu bienestar?


Son las preguntas clave que muestran el camino hacia la comunicación auténtica. Y allí, se desbloquen energías estancas y  surge la vida, una  vida que quiere, sin duda, más hombres y mujeres que estén vivos.

Cuanto más haya cavado hacia dentro, cuantos más misterios en mi vida haya desvelado, cuanto más consciencia tenga de mis sentimientos y necesidades,  tanto más transparente podré ser conmigo mismo y  con el mundo y mayor capacidad para ver y escuchar estaré desarrollando. 


¿Por qué nos cuesta tanto ser auténticos?

Porque tenemos miedo. Miedo a ser rechazados, a no ser queridos, a fracasar, a quedarnos solos, a ser inoportunos, a ser inadecuados, a quedar en el vacío, a morir…a morir solos. Y hay miedo porque no amamos suficientemente. No nos amamos suficientemente a nosotros mismos.

Generalmente vivimos por estar acostumbrados a vivir; si viviéramos por estar acostumbrados a amar, viviríamos con mucha mayor autenticidad y plenitud.

Nos perdemos en la ilusión creyendo que somos libres, hasta que descubrimos que vivimos atrapados en el deseo de otro. Ser auténticos significa soltar ataduras internas y  recuperar el sentido profundo de identidad en nuestra vida… ese sentimiento que me dice que formo parte de un Universo, ese lugar donde soy uno en lo diverso.


¿El buen comunicador nace o se hace?

La comunicación es un arte. Evidentemente hay quien nace con talento para la comunicación, análogamente a quien nace con talento para la música. Pero el talento sin cultivo no llega a niveles de máxima expresión. 
La comunicación, a nivel energético corresponde al  chacra 5 (uno de los 7 centros energéticos del cuerpo según culturas orientales), centro laríngeo o garganta que rige el cuello, la garganta, la boca y la mandíbula, el sonido, el ritmo, escribir, el hablar en público, el conectar y la comunicación en general. Aquí se sitúa, por ejemplo, la capacidad de crear formas de expresión superiores a través del arte.

En este sistema de 7 chacras existen 2 centros fundamentales de creatividad: el chacra 2, vital o sexual, centro dionisíaco y que expresa la capacidad de creatividad y expresión  vital; y el mencionado chacra 5, laríngeo, centro apolíneo que mueve la capacidad de expresión formal.
Para aprender a comunicar tenemos que alinear ambos centros, pasando por el centro del corazón; debemos activar nuestra capacidad vital y desarrollar, a través de la práctica, las formas para encauzarlo hacia su máxima expresión.



Durante años tuve que lidiar con auténticos problemas de comunicación –y sigo lidiando con ellos-  y ahora sé que los sueños y los proyectos se truncan o se posibilitan en ese nivel; ahora sé que los proyectos y  la vida se quiebran o se favorecen con la comunicación. Comunicación son relaciones y las relaciones son las que nos hacen humanos y nos permiten progresar y seguir caminando.

Hoy en día, más que nunca, con tanta incertidumbre vital, una comunicación auténtica, constructiva y generadora de posibilidades creativas para apoyar el fluir de la vida, es condición imprescindible para la construcción de un Nuevo Mundo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario